Juan Carlos Rodríguez: "El experimento criminal de Chile fue sin duda la primera señal de alarma sobre la rendición de la política ante la economía"


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Pues, en efecto, Friedman y los demás leones de la Escuela de Chicago habían olfateado bien el problema con que se encontraban los jefes yanquis de principios de los setenta (Kissinger y los banqueros) ante las luchas civiles internas y ante una guerra en Vietnam cuyos costes económicos se habían disparado y cuya impopularidad crecía de forma desmesurada. La primera guerra que iban a perder (o que habían perdido) los Estados Unidos. Aquello era intolerable. Pero, para colmo, había surgido otro grano en el propio "Patio trasero" americano: en Chile, el único país con tradición digamos democrática en Latinoamérica, estaba a punto de ganar -a través de las urnas- el gobierno del socialista Allende. Algo que, dada la coyuntura, suponía un auténtico 'Gambito de caballo' (como titularía W. Faulkner a una de sus novelas) realmente intolerable. Precisamente por ese carácter democrático. Friedman y Kissinger se pusieron de acuerdo y los dos se entrevistaron con Pinochet. El resultado es bien conocido: no sólo el genocidio chileno (y luego las dictaduras criminales en Argentina, Uruguay y en toda Latinoamérica), sino algo más profundo: el dictador Pinochet iba a triunfar en apariencia como tal, pero sólo en la superestructura política. Por la base, infraestructuralmetne, Pinochet jamás iba a pintar nada: la economía financiera se presentó allí con la cara desnuda y sin ninguna máscara. Como ocurriría enseguida con Reagan o Thatcher, la política se estaba transformando en mera gestión tecnocrática del gran capital y en contra de los trabajadores.

El experimento criminal de Chile fue sin duda la primera señal de alarma sobre la rendición de la política ante la economía. Fue un primer aviso, del que nadie pareció darse cuenta, hasta que a lo largo de la década del 2000 la dictadura del capital financiero se ha impuesto en todos los terrenos. Pero en los años ochenta y noventa, lo único que se celebraba era la desaparición del Muro de Berlín y de la propia URSS. Todos éramos libres, por fin. Hasta hoy en que no sabemos ni lo que somos.

(Fuente: "Subjetividad y subjetivación en la cultura de hoy (notas sobre Foucault y Heidegger y otras cuestiones anexas)", 'Tropelías. Revista de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada', 18 (2012)).

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Juan Carlos Rodríguez: "Era un aplauso de Foucault al neoliberalismo que ya empezaba a imponerse en los Estados Unidos"


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Lógicamente a Foucault, que se había trasladado a Berkeley con los 'beats' y los 'hippies', aquellos campos californianos, decíamos, debieron de parecerle maravillosos (1). De modo que en el curso 78-79, en París, decidió dar un paso decisivo para la 'pospolítica' (al igual que los heideggerianos estaban hablando ya de la era 'postmetafísica'). De ahí surgió en pleno la noción de 'biopolítica', esto es, la construcción cultural de la política entendida como forma de la 'gobernabilidad' o 'gobernanza' de la vida colectiva y de la vida propia, la de cada uno y la de los otros. Y así surgió también lógicamente su pasión, en ese curso, por la Escuela de Chicago: por la libertad de mercado como signo de la libertad individual y como imagen de que cada uno debe ser "empresario de sí mismo" -lo señaló atinadamente el profesor Francisco Vázquez García (1987)- y asumir sus propios riesgos. La tradición ideológica norteamericana del "cada uno es su propio presidente" se había trasladado ya al lenguaje del "cálculo" de vida neoliberal. Quizá por eso Rorty llamó a Foucault "el caballero de la autonomía". Pero el cálculo tenía más connotaciones: todo es reducible al economicismo vital de bienes y pérdidas (afectivas, sentimentales, amorosas, etc.): la economía era ya la única cara. Cada uno debía "construirse" libremente a sí mismo dentro del mercado libre y sin intervención pública o estatal. Obviamente era un aplauso de Foucault al neoliberalismo que ya empezaba a imponerse en los Estados Unidos.

(Notas):

(1) No sin algún problema, como señalan Moreno Pestaña (2006) y Jacques A. Miller (1995)

(Fuente: "Subjetividad y subjetivación en la cultura de hoy (notas sobre Foucault y Heidegger y otras cuestiones anexas)", 'Tropelías. Revista de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada', 18 (2012)).

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